Ladrón de huellas

¡He robado, Maestro…! En mi defensa he de decirte que había muchas, miles de ellas, quién sabe si había hasta millones. Tomé unas pocas, aquí y allá, de formas caprichosas y casi todas blancas, aunque está claro que no se les negaban los colores. Ninguna se rehusó a venir conmigo. Yo solo traje a casa diecisiete.

Fue una mañana del año 2008 en que no sé por dónde andabas. Estuve allá y me asombró tanta fortuna al descubierto, apenas custodiada por el mar, que es un sujeto muy dado a regalar y regalarse. ¿Tú viste alguna vez que el mar negara nada…? ¿Hallaste en tus andares celadora ola o brisa carcelera…? Por eso miré desde el remo de proa al horizonte y, como vi que nadie me veía, las fui echando en mi bolsillo de a poquitos, escogiendo riquezas como dicen que hacía Alí Babá en aquella cueva muy suya y harto ajena.

Es cierto: soy tan ladrón como él, y más que los 40; es cierto que les saco ventaja a sus cuantías. Su tesoro no emula con el mío. ¿Cómo podría? ¿Acaso existe alguno que esto pueda? Yo tomé con mis manos incluso aquel chubasco. Y en mi morral eché la luna roja con todo y la nube en que asomaba. Yo me llevé tu dicha por grande que esta fuera.

Juro que solo fueron diecisiete. Y que ahora mismo están junto a mi lecho. Desde ese día viven allí, haciendo una Playita a un lado de mi cuarto. Viven allí, disfrazando mi cama del bote en que venías.Y allí te ven llegar, patriota marinero que baja una isla entera entre sus dedos. Allí te escuchan y les dices lo que después me dicen y yo escucho.

Perdóname, Martí; ten clemencia, Maestro, si siendo alumno tuyo confieso que he robado, pero tuve que hacerlo: no tengo ni una duda de que esas diecisiete piedras que arranqué de la piel de una playa con estas manos de asirte, fueron pisadas por tu imparable suela la noche más diurna de todos los abriles.   

3 comentarios:

  1. Un abrazo, por tanta claridad y creativas letras.

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  2. Gracias a usted, José, por su generosidad y por compartir estas huellas.

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  3. Muchas gracias. Halaga mucho lo que escribes. Los nuestros son blogs de perfil muy diferente, pero por eso mismo estimula más que aprecies estos textos. Te prometo asomarme al tuyo con detenimiento. También debo actualizar el mío, que por diferentes razones se me ha rezagado un tanto. Te reciproco también el abrazo, desde Camagüey, Cuba.

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